Una vuelta mas..
30.1.12
Feliz centenario
9.12.11
Harta de mí
28.11.11
Poder se puede..
7.9.11
Mi prima Vera
8.8.11
Día 1
Hoy empieza una semana complicada.
Le hablé a la tarde, lo reconozco. Lo necesito. No puedo estar sin hablarle, sin saber que está haciendo, cómo se siente.
Pero si sigo siendo yo la que insiste no me voy a saberlo nunca. Si él puede darse cuenta. Si nota que ya no estoy a sus pies, si se da cuenta que me extraña, que no me ve y es él quien toma la iniciativa.
Mientras tanto tengo que seguir mi vida. Hacer planes. Hacer cosas para mí. No es solo cuestión de B. Yo también tengo que enfocarme en lo que me toca a mí. Preocuparme por mí. Quererme. Cuidarme. YO.
7.8.11
Inception
¿Cómo puedo saber lo que necesito? Por más que intente no logro encontrar la línea entre lo que puedo soportar y lo que termina siendo un peso. Entre lo que me hace realmente bien y lo que es tan solo un ingrediente innecesario. Entre las listas de pros y contras, cual se lleva el mayor porcentaje.
Me pongo a pensar y me cuestiono cuál es la realidad. Por un lado, ser feliz, ignorando aquellas cosas que me hacen mal, aquellas cosas que me faltan. Ignorando los llantos, los perdones, la falta de comprensión de la parte más profunda de mi ser, que sin embargo, en este punto, es fácil de ver. Una realidad en donde no importa quién va primero, o quién tiró la primera piedra. Importan esos pocos minutos donde estamos juntos y el resto del mundo desaparece. Donde podría quedarme años y décadas y milenios recostada a su lado, acariciando su cara, su pelo, sus manos. Esa realidad donde no puedo la sonrisa es dueña de mi cara, donde agradezco por tenerlo conmigo.
Pero después están esos momentos, aquellos pequeñitos donde las lágrimas intentan salir y la felicidad no los deja, y aquellos que son días como hoy. Una realidad donde siento la angustia comenzar a crecer dentro de mí, la palpito, la vengo venir. Trato de no pensar, pero no puedo. ¿De dónde viene? A veces pienso en el fracaso, me miro al espejo y me odio, me siento vacía, buscando la fuga en mi cuerpo, en mi cabeza, intentando saber por dónde se está yendo todo al carajo.
En este momento, estoy en otra realidad. Acepto que me hace feliz, no me olvido de las sensaciones, no me olvido de su cara, de su sonrisa, de las cosas dulces que me dice. No me olvido de la sensación de desaparecer. Pero en este momento son solo recuerdos, porque mi realidad es esta sensación de que me estoy equivocando, de que estoy dejando pasar las cosas que no quiero ver.
¿Es suficiente? Me refiero, ¿es suficiente estar enamorada de él en esos momentos, no es acaso conformismo? De repente me agobia que todo aquello que ignoro bombee fuerte en mi cabeza y se deslice por mis dedos como el cuerpo ardiendo de fiebre, intentando eliminar el virus. No me alcanza con esta felicidad. Al principio era una novedad, sentirme amada, estar enamorada, todo era y es maravilloso. Pero después las grietas se vuelven visibles. Yo estoy encima, yo intento vernos, yo lo vuelvo mi prioridad.
Y no se trata de que no me ame, que no me quiera ver o no me extrañe, yo soy consciente que me necesita tanto como yo. Pero B. vive la vida más ligera, día a día. Siente algo y lo realiza en el momento. B. necesita estar solo, necesita tiempo para él. B. tiene su propio mundo, uno solamente suyo. Y yo… A mí me encanta planear, me encanta imaginar, me encanta volar, vivir en mi imaginación y luego volverlo realidad. Me encanta la seguridad de una cuenta regresiva, esperar el día en que arreglamos para vernos. Y que sean varios. Él es parte de mi vida, soy incapaz de hacer algo sin pensar en él. Él es mi mundo, y eso es el amor para mí.
Con el tiempo se me hace evidente lo diferentes que somos en el amor. No hablo de amarnos, ni de cuando estamos juntos, eso debo remarcármelo y ponerlo a un lado porque sé que es la parte perfecta.
¿Cuál es el sueño y cuál es la realidad? ¿Puedo ser feliz con él, adaptándome al hecho de que debemos complementarnos en vez de ser iguales? ¿O puedo ser capaz de dejarlo, esperando que llegue la oportunidad de encontrar a otra persona y probarme que hay alguien que sea exactamente lo que yo necesito? Pero, ¿acaso estoy segura que eso es lo que necesito?
Me cuesta distinguir cual de mis dos realidades es el sueño y cuál es la que estoy viviendo. Si mi feliz idilio en el que ignoro las cosas con el tiempo me demostrará que esa es la forma de ser feliz, aceptándonos, reconociendo nuestras diferencias y gozando de ellas.
O si acaso en días como hoy, donde puedo ver las dos realidades, se debe a que estoy pasando mucho tiempo viviendo en un sueño, sin despertar a la realidad. Aquella en la que siempre viví, donde los príncipes no me encuentran tan fácilmente, y la felicidad no es amiga de mi corazón.
9.7.11
1 2 3 hay que ordenar
B. no suele proponer, sino aceptar. B. suele estar cansado cuando sale conmigo, suele pedirme que nos quedemos en su casa.
B. me sorprende con sus mimos, porque no suele hacerlos a menos que se lo pida o que me sienta mal.
B. no me hace regalos, no valora los que yo le hago.
Una de las cosas que más me lastiman, es que el libro que le regalé hace casi ya dos meses, el libro donde le entregué mi alma, donde hablé de como me sentí en cada momento de mi relación, ese que escribí durante más de un año y del que estoy completamente orgullosa, ese libro, sigue en su mesa de luz por la página 30.
Yo no le doy espacio. Soy yo la que siempre lo llama, la que le manda mensajes primero, la que el lunes ya quiere saber lo que vamos a hacer el fin de semana. No es que el responda mal, ni me insinúe que soy pesada, para nada, me contesta con el mismo amor que lo hago yo.
25.6.11
Desesperada
4.6.11
Volviendo a casa
Y ahora que termine el libro quizás que vuelvo a dar una vuelta más. Porque eso fue, ¿no es cierto? Una vuelta más de la vida.
Fue un proyecto ambicioso en el que me embarqué durante veinte meses. Empezó como una manera de descargarme, demasiado personal como para poner en el blog, y eso hizo que me alejara bastante. Pero ya lo terminé y ahora siento que es momento de volver.
O quizás escribir otro libro.
Hace poquito cumplí un año de novia con mi príncipe azul, con el que espero no equivocarme, es el amor de mi vida. Nuestra relación empezó mucho antes, tardamos en ponernos de novios por alguna razón que no termino de entender. Es decir, durante 6 meses actuamos como novios. Y de repente un día pusimos el título. ¿Si algo cambió? Poco y nada. Ponerle nombre era solo eso, una etiqueta.
El hecho es que a lo largo de ese tiempo escribí mucho. Todo lo que me pasaba, todo lo que hacíamos, todo lo que me decía. Y así fui escribiendo y escribiendo, pensando en regalárselo algún día, sabiendo que cuando llegara el próximo 25 de mayo (si, nos pusimos de novios un 25 de mayo) lo tendría en sus manos.
Y el día llegó y es más, ya pasó. Y cuando B. lo vio no entendía nada.
- Lo escribí yo.
- Me estás jodiendo.
- Te lo juro por mi vida.
Y yo no podía creerlo. Y yo no podía creer que ese día había llegado. Pero aquí estoy, volviendo a otro de los amores en mi vida. Porque ahora me siento un poco más vacía, como si me faltara algo. Terminé un proceso, una etapa muy importante. Y por más que haya sido casi una biografía de amor, fue el primer libro que escribí.
Y quién sabe, quizás empiece con otro. Esta vez me gustaría hablar de los sueños, de las esperanzas. Quizás sea la hora de volcar todas las fantasías que viven en mi cabeza, e intentar demostrarme que voy por el camino correcto.
Esta semana me anoto en Letras. Periodismo no era para mí, y en el fondo siempre lo supe. Esto es lo que quiero hacer. Pero supongo que me faltan fuerzas, me falta confianza para arriesgarme a vivir de algo que me supera, algo de lo que no estoy segura si es capaz de producirle algún sentimiento a alguien más que a mí.
Lo estoy intentando. No pensar. Jugármela. Tirarme de cabeza. A todo o nada.
Deséenme suerte. Estoy por empezar a vivir mi vida.
9.12.10
The end
Finalmente todo se termina. El año, el 2010, el secundario. Y en estos días que no son ni una cosa ni la otra, me sobreviene una angustia desde lo mas profundo de mi pecho, una sensación de querer llorar que aparece en un instante repentinamente.
O quizás no tanto. Quizás esta allí desde hace tiempo y solo ahora, cuando el final es difícil de negar, explota, sale a la superficie toda la realidad.
Siento que mi balance es negativo. Siento que de repente me quedó sin nada. Sin mi secundaria, sin mis amigos, sin mi contención. Siento que no logre nada, que todo lo poco que parezco tener, se va deshaciendo.
Siento que no importo. Que termina este año y todo lo que pensaba que había logrado carece de importancia a la hora de enfrentarme a la verdadera vida. No hay nadie orgulloso de mi, ni siquiera yo misma.
Parece una estupidez, parece que vuelvo a lo mismo de siempre, maquinarme en mi cabeza. Pero no puedo evitarlo, no puedo evitar sentir que me quedo sin nada. Que parecía que lo tenia todo, que estaba feliz, y de repente no tengo nada.
Siento que todo son figuras de arena y que el viento sopla cada vez más fuerte. Las veo deshacerse poco a poco pero el aire se vuelve espeso.
Siento que pierdo el control, me siento en caída libre.
Y estoy cansada de sentir. ¿Como se hace para apagar la mente, los sentimientos, dejando únicamente los sentidos?