26.11.08

Sueño de una noche de otoño (no empezó el verano todavia, no?)

Soñé que estaba soñando.
Soñaba que soñaba que estaba mirando fotos con mi mama. Fotos del viaje a Israel, y fotos de un viaje a Francia (que en mi realidad este último no esta planeado hacer).

Soñé que soñaba, le decía que la había pasado increíble, y estaba maravillada con las fotos. Soñé que me despertaba de golpe. Me sentaba de un salto en la cama. Estaba agitada, sudada y mis pelos parecían querer escapar uno para cada lado.
Soñé que me despertaba alterada, y estaba en una casa que no es la mía, pero estaba familiarizada con ella este hecho no me alarmaba. Soñé que alguien a quien no conozco se me acercaba y me preguntaba que me pasaba. En mi sueño me era familiar, así que le contaba lo ocurrido.
Le rogaba que me dijera por favor que todavía estaba en Israel, me ponía a llorar angustiada de pensar que ya todo había terminado y me había olvidado de ir al muro de los lamentos.
El extraño(o no, no lo se) me consolaba, y me decía que todavía estaba allí, que podría hacer lo que quiera, que estaba todo a mi disposición.
Y ahí si, desperté finalmente para encontrarme con la realidad de mi habitación, de mi país, y de un día fechado como 22 de noviembre de 2008... Bastante lejos del 20 de enero del año próximo, y como a unas 20 horas de avión de Israel.
Supongo que los sueños reflejan metafóricamente lo que uno siente y piensa.
Lejos de ser una interpretadora de sueños, creo acercarme bastante al arriesgar decir que a lo largo de este año una sensación nos unió a mí y las personas a mí alrededor: el tiempo esta pasando muy rápido.
Creo que en estos días tuve casi idénticas conversaciones con diferentes personas empezadas por “waw! ya casi estamos en diciembre” o “que rápido paso el año”. Todos andamos con ese sentimiento de vacío, de no saber por donde se escapo el tiempo, como fue que ya se esta yendo el año y nosotros seguimos avanzando sin siquiera darnos cuenta. Parece que los días nos estuvieran empujando hacia delante, obligándonos a crecer y cambiar de año como cambiamos de sombrero (por no decir bombacha).
No logro comprender el mecanismo aun, miro el reloj, cierro los ojos, cuento hasta tres, y al volver a abrirlos, pasaron exactamente 3 segundos, ni mas ni menos.
Pero no funciona así con las semanas, si miro un día el calendario, es lunes, y al volverlo a mirar, es viernes.
¿Como puede ser que este sentimiento de velocidad supersónica sea compartido? ¿Es que acaso hay alguna fuerza real que esta hurtando los días en masa?
Estoy dispuesta a todo por retener el tiempo, porque mi vida es maravillosa y la quiero así como esta, porque cada día es increíble, y no quiero que se acabe.
Porque por ahora siento que tengo lo que merezco, y si me faltan cosas es porque no estoy lista. Alargar indeterminadamente un año es imposible, el pack incluye solo 365 días, con yapa de vez en cuando.
¡Si al menos pudiera sentir cada uno de esos días pasar como en una pasarela, uno por uno, y no todos amontonados y velozmente conclusos...!
Quiero disfrutar cada momento, quiero atesorar cada recuerdo, quiero tomar fotos de cada imagen que llame mi atención.
Quiero guardar besos en una cajita y te quieros dentro de un cuaderno, quiero congelar una rosa antes que marchite.
Quiero aferrarme a las paredes de mi casa sin sentirlas temblar.
Quiero atar con doble nudo los lazos de amistad, quiero envolver a mi familia en un abrazo que abarque a todos como uno y uno como a todos.
¿Será mucho querer?

16.11.08

Frutilla o chocolate

Podria haber dicho que no y todo terminaba ahí. No había mas problemas, no había mas confusiones. No. Podira haber dicho que no y terminar algo que nunca había empezado. Un no significaba mas que esas dos letras: era un no quiero, era un no puedo, era un no debo.
Podria haber dichoi que no y hacer casi a mis amigas. Podria haber dicho que no y hacer caso a mis viejos sentimientos, escondidos tras esa nuba de confusion.
Podria haberme dado cuenta que las cosas no iban a salir bien, que yo no estaba preparada, podria haber dicho un no sincero y dejar las cosas como estaban. No iba a haber corazones rotos, apenas unas rajaduras. Si decia que no, me hubiese evitado un monton de sentimientos y dudas que venían después.
También podia haber dicho que si. Podia haber dicho que si y entregarme con cuerpo y alma, como ahora creo ser capaz de ser. Podria haber dicho que si y dejarme llevar por algo nuevo, magico e impensado para ese momento de mi vida. Podria haber dicho que si y compartir la alegria que podria haber obtenido. Podria haber dicho que si y olvidarme de todas las razones para decir que no. Un si no era solo un si,era tirarme a la pileta, era encontrar una posible solucion a mis problemas, era pasar a otra etapa.
Pero no dije no, y tampoco dije si. Con tantas razones para tomar cualquiera de los dos caminos, no tome ninguno. Me limité a tomar dos pasos para atrás cada vez que avanzaba uno. No me decidi por un si ni por un no, era un “ –nnnsso-¿Qué? -”. No dije nada, y que me quede con esa constante duda en mi cabeza, ese maldito si condicional torturandome para toda mi existencia.
No pude tomar una decisión constante. La explicación fácil es que se debió al agravado estado de mi cabeza, ni que decir de mi autoestima, pero yo, que me conozco bien, se que no es así. Mi cabeza siempre había tenido en claro que hacer en esos casos. Siempre habia sabido que esperar y hasta donde llegar, pero sin embargo no parecía acordarme.
Es que siempre, siempre, la culpa la tiene la inseguridad. No atreverme a tomar decisiones, no atreverme a cerrar los ojos y saltar, se debe pura y exlusivamente a lo insegura que soy (con compañía de mi ultrabajisima autoestima, obviamente).
Un ejemplo grafico:
Estoy acostumbrada a comer helado de chocolate (en realidad no, pero no voya poner que como menta y banana split). Como decia, siempre pido helado de chocolate. El mismo helado de chocolate. Y no es porque no me gusten los otros gustos. Es porque desde que entro a la heladeria hasta que el empleado me pregunta de que quiero el helado, mi cabeza se divide en dos bandos: chocolate o frutilla?. Frutilla, frutilla, frutilla. Hay que probar algo neuvo, frutilla…. no, mejor no, mira sí no me gusta? que hago? no lo voy a tirar, mejor chocolate, como siempre chocolate me gusta. Pero quieor frutilla tengo ganas de comer frutilla seguro es rico. Voy a pedir frutilla voy a pedir frutilla.
-¿ De qué querés el helado?
-..De chocolate.
Y así soy yo. Dudando hasta ultimo momento, entre lo nuevo, desconocido y lo constante y clasico. No logro vencer todos esos miedos, no logro decir si, y tampoco logro decir no. Es mas fácil quedarme en el lugar, aun sabiendo que tomar una decisión va a ser mucho mejor.
Por eso siempre necesito ese alguien que me apoye, que me insista, que me diga: hacelo.
Soy tan dependiente, tan influenciable..!
Si la gente supiera el poder que tienen sobre mi, cuan fácil se me puede hacer cambiar de decisión, si supieran que podria ser arcilla en sus manos..!
Soy tan frágil en ese sentido, que algun día va a llegar aquel que se de cuenta que podria ser su marioneta, aquel que se aproveche de mi carencia de autoestima, aquel que utilice mis inseguridades para su provecho. Ese va a ser el día en que voy a querer decir “ -Frutilla, frutilla, quiero frutilla por favor”.