Porque si es verdad que las cosas cambian, entonces dónde queda la estabilidad. Porque si nada es para siempre, no tiene sentido haber inventado siquiera la palabra. Porque si todo es un circulo vicioso, en realidad nada esta realmente cambiando, pero a su vez establece un proceso, que de por si inmiscuye un cambio.
No me siento la misma, y he sufrido una transformación de un poco tiempo al otro. Pero a pesar de que deseaba tanto lograrlo, ahora me siento extraña en mi misma,con mi nueva forma de ser. No entiendo como ha pasado, porque cuando dejé de intentarlo finalmente se cumplió.
Y ahora empiezo a sospechar que me extraño un poco, esa inocencia en cierto punto, que ahora me produce nostalgia.
Fue tan paulatino, que al hacérmelo notar, me cae como un balde de agua sobre mi cabeza. Porque es claro como el agua, y no lo supe ver. Esta acá, y acá, y allá. El cambio. La metamorfosis.
Me siento flotar en un universo paralelo, estoy confundida, estoy mareada, ¿dónde estoy? ¿quién soy?
Y la pregunta que mas me carcome, ¿para bien o para mal?
No puedo determinar si es solo un proceso, o si es un final. O si es un comienzo. Estoy en la carrera, pero, ¿en qué punto?
Tal vez necesite un psicólogo, un libro, una persona, una señal, algo o alguien que me de una explicación, que me ponga los pies sobre la tierra.
Que me haga un masaje y logre relajarme.
Que me estire, que me libere, que me suelte.
Que me estremezca, que me sacuda.
Que me abofetee, que me abrace fuerte hasta ahogarme.
Que me de aire, que me lo quite.
Tengo los pelos de punta, mitad alerta, mitad muerta de miedo.
Porque siempre supe a donde estaba yendo, y cuales eran mis objetivos.
Y ahora ni siquiera se si estoy jugando al ajedrez o a un simple juego de azar.
Tampoco puedo caerle a alguien con semejante análisis de la vida.
Supongo que estoy pensando demasiado.
Necesito dejar fluir la vida, como siempre el mismo problema, como siempre la misma pregunta:
¿cómo?