24.5.10

Gris topo

Para mi las cosas son blancas o son negras. O es. O no es.


Necesito en cierta forma saber que son blancas o negras, necesito la seguridad de que no me equivoco, de que todo resulta lo que parece. No me gusta estar sentada en el limbo, me saca de quicio y me vuelve completamente loca no poder saber de que se trata.


Y si, otra vez B. Hacia mucho que no escribo sobre lo que verdaderamente me pasa. Hace mucho que simplemente me guardo las cosas en la cabeza y llega un punto en que me desbordan, en que ya es necesario que salgan de una manera u otra.


Los grises. Si, yo creo en los grises, no soy tan extremista. Pero los grises son transiciones. Para pasar del negro al blanco, hay que pasar por el gris. Para pasar del blanco al negro, hay que pasar por el gris.


Pero el gris no es algo estable. El gris es un cambio, el gris es un proceso. Para atrás o para adelante, pero el gris nunca se queda quieto. No debería quedarse quieto.


Y yo creí que era solo eso, que estábamos atravesando el gris. Pensé que era cuestión de tiempo, era cuestión de ir dándonos cuenta como iban cambiando poco a poco las cosas. Porque la verdad era que amigos ya no éramos. Y no podíamos tampoco decir que éramos novios porque nos faltaba un poco mucho para tomar esa decisión. Claro... en marzo era esto... en abril... Pero ya casi en junio... No podemos ser gris después de medio año.


Yo no puedo aceptar que este gris sea la normalidad. Porque este gris se transforma en costumbre, este gris no esta avanzando, no esta retrocediendo. Este gris quiere quedarse en gris y todo indica que así lo va a ser.


Cuando algo que debería cambiar, no empieza a ir para adelante, entonces de seguro empieza a ir para atrás. Y a mi esto me esta comiendo al cabeza de tal manera que tarde o temprano... regresa al punto de partida (con suerte).


Yo ya no puedo seguir aceptando que no somos nada. Yo ya no puedo seguir sintiendo que no soy la amiga, no soy la novia, no estamos saliendo, no tenemos nombre. Yo ya no puedo sentirme cómoda en este gris. Yo ya no quiero ser gris.


Porque la cuestión es… ¿Por qué seguimos siendo un gris? ¿Cuál es la razón para que sigamos teniendo miedo de jugarnos por el blanco o por el negro?


Y yo no quiero ser de esas que van y aprietan al pibe y prácticamente lo agarran de los pelos y lo obligan a aceptar algo que no quieren. Entonces voy a buscar lo que necesito yo, el punto intermedio del gris.


Si lo más parecido a una definición es una amistad, quizás con unos cuantos derechos, entonces en mi cabeza eso vamos a ser. Entonces va a ser así la manera de relacionarnos, la misma que tengo con mis demás amigos.


Y no voy a esperar nada. No voy a hacerle reclamos en mi cabeza, no voy a desesperarme porque no me llama, porque no me dice de salir. No lo voy a extrañar fuera de la escuela. Y nada va a significar mas de lo que es.


Quizás soy yo la que necesita un tiempo alejada de él. Quizás soy yo la que necesita poner un límite. Si todo empiezó cuando en mi cabeza vi un gris que cambiaba mientras que en la realidad todo seguía del mismo color. Entonces la responsable soy yo. La culpa la tengo yo.


Ya paso bastante tiempo y él no quiere elegir un color. Pero yo si. En mi cabeza el gris inmovil resulta un desastre.Termina en llanto, en desesperacion, en angustia. Y o no quiero eso. Esta vez voy a volver, voy a retroceder. Ojala pudiera ir para adelante, pero ir para adelante es algo que se hace de a dos. Y yo sola, solo puedo contentarme con ir para atrás.

No hay comentarios: