5.3.09

Papá es un ídolo

Generalmente, cuando uno es muy chiquito, nuestros papas son una especie de superhéroes para nosotros. Aquellos seres inalcanzables, los que saben todo de todo, desde como hacer esa cuenta imposible hasta como nacen los bebés.
Vemos a nuestros padres y pensamos que de grandes, queremos, vamos, a ser como ellos.
Al ir entrando a la adolescencia, en esa previa a la que algunos llaman, valga la redundancia, pre-adolescentes, uno cae. Y la caída es dura. Los errores se van haciendo mas visibles. Papá y mamá ya no son esos dulces que simplemente nos mandaban a dormir temprano para que no tengamos sueño. Papá y mamá ya no se la saben todas, papá y mamá se equivocan.
En la adolescencia, ni que hablar. Los viejos, se convierten en el enemigo público número 1.
Hoy creo que oficialmente entre en la adolescencia.
Hace rato que ella ya no era de mi sumo agrado a la hora de hablar, hace rato que decidimos prácticamente evitarnos, ya que no había forma de detener el rotundo choque que se daba entre nosotras, por la mas mínima cosita.
Pero papa, mi papi, siempre fue mi ídolo. Siempre fue “la” persona para mi. Siempre lo tuve allá arriba, en la adolescencia y en la no adolescencia.
Pero se acabó. Ya no me entiende. Ya estoy demasiado lejos de seguir su camino. Ya no quiero ser como él, ni que hablar como ella.
En algún punto siento que no me conocen. No tienen idea como soy. A veces siento que en el único lugar donde puedo ser realmente yo, es con mis amigas. No tengo nada que disimular, y aunque peleemos, puedo hablar de todo.
Antes podía contarle mis cosas, por lo menos a el. Obviamente, no las cosas femeninas (léase asuntos de chicos).
Pero me sentía bien porque él me entendía, me escuchaba. O al menos eso creía yo.
Ya no. Escucha lo que quiere escuchar, y transgiversa mis palabras. No me digan que es un tema de adolescencia porque no lo es.
No se como ni porque, pero soy el polo opuesto a mis padres, o así me siento. En el viaje, estuve con otra familia, y no les puedo explicar lo diferente que fue. Ahora tengo tanta envidia..! Quiero vivir en un lugar así..!
Quiero irme lejos, quiero ir a Londres. Quiero irme lejos, otro país, otro continente. No veo la hora de irme de casa, y tener mi propia familia. No veo la hora de demostrarles que yo tenia razón, que había otra manera de hacer las cosas.
Que hay una manera de criar a los hijos, y a su vez, lograr su respeto y su admiración.

1 comentario:

Jack el Despotricador dijo...

Es cierto!

Cuando uno es chico, cree que su papá es un superhéroe que puede con todo. Y ya de grande ya lo ves como viejo pelotudo, o un gordo tirapedos.

Pero igual lo quiero! XD

Y le agradezco por lo que hizo por nosotros.

Saludos!